Por Guillermo Peña Capellán
La ola de criminalidad y violencia tienen desesperada a la ciudadanía. No
cesan las conversaciones en los sectores populares y estratos medios sobre el
auge de la delincuencia generalizada. Son privilegiadas y pocas las personas que
no han sido víctimas de un robo o atraco.
El Ministro de Interior y
Policía, Franklin Almeyda, en busca de encontrar una solución a esta
problemática ha promovido el anteproyecto de ley para el control de expendio de
bebidas alcohólicas para reducir los niveles de criminalidad. Y la pregunta que
debemos hacernos es ¿Sólo el consumo de alcohol produce la
violencia?
Veamos los siguientes datos.
Las aseguradoras de
vehículos pagan $800 MM al año por robo de vehículos. Según el informe de
homicidios de la Procuraduría General de la República (PGR), el total de
homicidios contabilizados este año al mes de abril es de 804 personas. Solamente
por acción policial han muerto 77 ciudadanos. La República Dominicana es el país
del caribe que tiene el mayor número de feminicidios, según el III Informe
Internacional "Violencia contra la mujer en las relaciones de pareja".
Estos simples datos nos muestran que reducir el tema del aumento de la
violencia y la criminalidad al consumo de alcohol en los colmadones es “tapar el
sol con un dedo”. Varios estudios científicos han demostrado que además del
alcohol, la violencia tiene un origen multicausal provocado por la exclusión
social, falta de oportunidades, educación, injusticias, corrupción, impunidad y
el uso indebido de armas de fuego.
Dejemos de
estar prohibiendo tanto. Aboguemos mejor por cumplir las leyes que tenemos. Las
leyes que prohíben la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad, que
regulan el porte y tenencia de armas de fuego y que limitan el ruido en los
colmadones. “La fiebre no está en la sábana”.
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