Por Víctor Gerónimo
Si Guillermo Moreno no es un “intelectual” ni un sólido “sociólogo”, “filosofo”, “economista” o uno de los dos o tres “sabios” de la política dominicana, quienes se valen de cualquier medio para llegar al gobierno.
Si Guillermo Moreno no tiene el olfato político ni la gracia o carisma del profesor Juan Bosch para conectarse y comunicarse con el pueblo humilde de nuestras comunidades de Las Ciénagas y Lodazales de nuestros campos y comunidades rurales abandonadas.
Tampoco el carisma de los lideres caudillistas de ayer.
Sin embargo, posee algo fundamental para cambiar de rumbo el país: No tiene compromiso con el pasado. Eso lo convierte en portador sano, no contaminado de los ideales del presente y del futuro del país.
Ideales que se marchitan y destruyen a velocidad relámpago, por hombres y mujeres que juraron “servir al partido para servir al pueblo”, pero que hoy se sirven con la cuchara grande el pastel del erario público.
No obstante sus limitaciones, Guillermo Moreno se ha revestido de su principal fortaleza, la honestidad probada y su determinación de encausar a quienes se engullen el pastel del Estado, sin eructar siquiera.
Sólo así se podría detener la hemorragia de recursos económicos que servirán para implementar las políticas públicas que acabarán con la gran deuda y el dolor social que tiene el pueblo dominicano.
Otra de las fortalezas de Guillermo Moreno es que actuará apegado a la Ley, al imperio de la Ley. Sin arbitrariedades ni caprichos. No por puro formalismo, sino en un espíritu de justicia, de equidad e igualdad social.
Sólo así se puede caminar hacia la institucionalidad. Al destrujillizar el Estado y permitir un verdadero ejercicio de ciudadanía donde la gente pueda tener el control de sus gobernantes y que pueda participar de la toma de decisiones para revocarlo con el simple rumor público que se complementaría con la inversión del fardo de la prueba.
Todo aquel que delinca deberá probar que no lo ha hecho.
Sólo si votamos por Guillermo Moreno, ahora, sentaremos hoy las bases o zapata de un gobierno honesto, que con los votos del 2012 propicie la fase crítica del declive de sistema bipartidista que se alterna en el gobierno para hacer más de lo mismo. A sabiendas de que “lo que es igual no es ventaja”, por lo que no están en condiciones de cambiar nada y por eso años van y años vienen, elecciones tras elecciones todo sigue igual o empeora.
Es preciso minar las bases del bipartidismo para que emerja una tercera fuerza política capaz de contribuir con el ocaso de su hegemonía en el país.
Echemos la zapata del edificio de la democracia y la honestidad, ahora, con cada voto de los hombres y mujeres honestos del país y con ellos sembremos la raíz del porvenir de un país honesto, democrático, justo, soberano, seguro, sostenible y productivo.
Todo edificio o vivienda inicia desde abajo.
El momento de construir el gobierno honesto inicia hoy, a partir del 20 de mayo, echa tu voto por Guillermo Moreno. No lo contamine.
No escuchemos las voces del pasado. Envarillemos con nuestros votos la zapata del nuevo edificio de la democracia, que sea a prueba de terremotos, sismos y temblores de inmoralidades, inseguridades e inequidades.
Avancemos hacia la creación de una fuerza política que en principio rompa el bipartidismo al crearle una fisura, un rasguño significativo e impactante, que les preocupe y conmueva los pilares de barro en lo que se cimienta la estructura de los partidos tradicionales. Y quienes se aferran a su incapacidad, intereses mezquinos, falta de voluntad política, ineficiencia e ineficacia para resolver los problemas de agua, energía, salud, educación, transporte, seguridad social, seguridad ciudadana, empleo, entre otros.
Dile basta ya a la deshonestidad, la corrupción e impunidad. Al desorden político y administrativo. Elige un camino productivo. Sin compromiso con el ayer.
Echa un voto útil por Guillermo Moreno y conviértelo en un proyecto de país necesario y posible para un cambio que inicia ahora, porque ahora el poder es tuyo y está en el ejercicio de tu voto.
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