SANTO DOMINGO.- El Partido Alianza País está convencido de que la semilla de la transparencia de todo gobierno se siembra en el surco de la campaña electoral: jamás será creíble la promesa de honestidad de un partido que se nutre de fondos espurios para aupar a su candidato.
Por eso, los aliancistas, provistos de alcancías y con el eslogan “Un peso por un gobierno honesto”, buscarán en la población los recursos que los financien. No irán a las fuentes que tradicionalmente nutren las arcas de los candidatos, no se corromperán para poder desplegar publicidad electoral, no harán nada que desdiga el propósito de representar una alternativa en un panorama político con características indeseables.
Al clientelista “dame lo mío”, los aliancistas antepondrán la petición de colaboración ciudadana con su proyecto. Peso a peso. En todo el país.
“Nosotros hemos dicho que uno de los elementos que más distorsiona el sistema electoral es la falta de transparencia en el origen de los recursos que se manejan en el proceso electoral. Eso nos ha motivado a iniciar la jornada nacional con el eslogan 'Un peso por un gobierno honesto'. Corruptos no podrán hacer un gobierno honesto”, dice Guillermo Moreno, candidato presidencial de Alianza País durante una visita a 7dias.com.do.
De hecho, el propósito va más allá de la búsqueda de recursos: los aliancistas quieren que identificada con la propuesta política que formulan, la ciudadanía sea dínamo de la campaña de Moreno.
La propuesta
Explicada en el discurso que pronunciara Moreno el pasado 7 de agosto, cuando fue proclamado candidato, la propuesta de Alianza País gira alrededor de siete temas fundamentales para la construcción de una República Dominicana distinta a la presente: la honestidad, la productividad, la justicia, la seguridad, la democracia, la sostenibilidad y la soberanía.
La honestidad –explica Moreno— será fundamental en un gobierno aliancista. Y las medidas para asegurarla están pensadas: no esperará el pronunciamiento de un juez para destituir al funcionario acusado razonablemente de corrupción administrativa que, además, será declarada delito imprescriptible. Hay otras, como la inversión de la carga de la prueba, que serán armas en el combate contra un flagelo en cuyas manos se queda anualmente una parte importantísima de lo que debe dedicarse a la política social.
“No es que el modelo económico haya fracasado, es que nunca ha servido”, dice Moreno, y con ello introduce la explicación de este segundo aspecto programático. Elevar la productividad, conquistar la soberanía alimentaria, llegar a ser un país agroexportador exitoso, son apenas tres de los muchos retos de Alianza País en el ámbito de la economía.
La producción de riqueza carece de sentido si no es acompañada de justicia. De ahí que el trabajo digno, la educación, la salud y el desarrollo de estrategias que conjuren problemas sociales hijos de la pobreza, estén en el programa que defiende el candidato aliancista.
“La seguridad se concreta como seguridad ciudadana y seguridad jurídica. La primera la lograremos atacando las causas que generan el delito, como es la pobreza. La segunda la garantizaremos porque su ausencia propicia que el país sea atractivo para el lavado de activos y para el narcotráfico, pero no para la inversión productiva. La falta de seguridad jurídica es la que ha propiciado que los recursos ilícitos se hayan convertido en importante sostén de la estabilidad macroeconómica”, añade Moreno.
Está también el reto de hacer de la República Dominicana un país de democracia efectiva, no solo electoral. Y para ello Alianza País se propone rescatar del limbo ciudadano a los sectores vulnerables, entre ellos las mujeres. Dotarlos de la posibilidad real, no ilusoria, de controlar los actos de sus gobernantes para obligarlos a escuchar, si, pero también a responder.
Quieren los aliancistas, y ofrece Moreno, un país sostenible. El cuidado de un medio ambiente puesto al servicio de la creación de riqueza está inscrito como sexto propósito en el programa de gobierno. Y, por último, está la construcción de la soberanía en su sentido más amplio: desde la nacionalización de la mano de obra mediante la oferta de trabajo y salarios decentes hasta la fijación de políticas que no dependan de los dictados del Fondo Monetario Internacional, convertido por obra y gracia de políticas corruptas en el amo y señor de la economía dominicana.
0 comentarios:
Publicar un comentario