Por Radhamés Pérez
La estrategia reeleccionista de Leonel Fernández y sus corifeos me aventuro decir que ha sido derrotada, no tanto por la fuerza del grupo que dentro del PLD apoya las aspiraciones presidenciales de Danilo Medina, sino por la abierta oposición de segmentos ciudadanos y organizaciones importantes de la sociedad.
Con o sin proponérselo, la marcha en una misma dirección, en un mismo momento y tras un propósito que resultó común -el respeto a la Constitución- de núcleos del empresariado, de las cúpulas de las iglesias Católica y Evangélica, de medios de comunicación y de organizaciones de la sociedad civil, además, obviamente, de una parte de los componentes del sistema partidario nacional, llevaron al Presidente a desistir en su empeño por re-postularse en las próximas elecciones de mayo del 2012.
A esto se le une el descontento creciente dentro de la población hacia la administración peledeísta, descontento que encuentra su punto mas evidente en el masivo y creativo movimiento ciudadano de base por el reclamo del 4% del PIB para la educación pública, tal y como ordena la ley 66-97 y avala la Constitución dominicana.
Es decir, que el reclamo de unos para que se respete el Articulo 124 de la Constitución, el cual establece que el presidente se elige por cuatro años y “no podrá ser electo para el periodo constitucional siguiente”, y el reclamo de otros el cumplimiento de la ley en lo referente a la inversión en la educación pública, confluyeron en llevar al gobierno a actuar apegado a su propia legalidad, como en una ocasión reclamara Juan Bosch, fundador del partido oficial, del gobierno represivo de Joaquín Balaguer.
No es descartable que representantes de embajadas extranjeras también intervinieran en la decisión final adoptada por Leonel y su grupo, ya que es difícil para algunos miembros de la denominada comunidad internacional acusar a Hugo Chávez y a Daniel Ortega, presidente respectivo de Venezuela y Nicaragua, de dictadores por re-postularse en sus países y al mismo tiempo apoyar a Fernández, aún y cuando en su caso la propia Constitución le impide la re-postulación.
Estos factores internos y otros del entorno regional se levantaron como un sólido valladar al plan continuista y desconocerlo iba a llevar al país a una segura situación de ingobernabilidad, que incluso podía poner en cuestionamiento la viabilidad y legalidad misma del próximo proceso electoral, así como la legitimidad de sus posibles resultados.
Una marcha en vía contraria para satisfacer la sed de riquezas personal y de grupo, arruinaría tanto su imagen futura ante la historia, como también las aspiraciones inocultables que tiene el Presidente dominicano de desempeñar un rol importante en la arena internacional desde un espacio plurinacional de los operantes actualmente, como de cualquier otro que pueda surgir a partir de la nueva realidad que se va configurando en el Continente.
Esta derrota al principal activo político del PLD, posibilitada por la presión de un amplio arcoiris de sectores sociales y políticos, sugiere un despertar ciudadano que si se mantiene y desarrolla ayudaría a adecentar el quehacer político y hasta a provocar un cambio en el rumbo que la partidocracia tradicional le ha impuesto a la nación dominicana.
1 comentarios:
Que acertado R Perez- El pais tiene que mantener ese empuje por someter a estos malos dominicanos a la pratica de una verdadera democracia. Avanzamos
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