Por Samuel Luna
Somos una sociedad que por más de cuarenta años ha estado gobernada por los tres partidos mayoritarios que existen en la República Dominicana; generando así, una cultura paternalista hacia dichos partidos y una lealtad a sus líderes que está por encima de la ética y del bienestar común de la nación.
En la sociedad dominicana se puede detectar con mucha facilidad la personificación en el ejercicio político y el comportamiento político-hedonista de un gran sector del pueblo dominicano. En las calles, radio y televisión, escuchamos frases como: Llego papá, el destino, el único camino, amigo de los pobres, etc... Estas frases son adornadas y alimentadas por una sociedad que tiene un comportamiento disfuncional en la esfera política.
Somos una sociedad que por más de cuarenta años ha estado gobernada por los tres partidos mayoritarios que existen en la República Dominicana; generando así, una cultura paternalista hacia dichos partidos y una lealtad a sus líderes que está por encima de la ética y del bienestar común de la nación. Podemos notar que las personas participan en política como si estuviesen en el estadio, mirando un juego de la serie final. Esta acción paternalista y hedonista en el contexto de la política dominicana desarrolla un sistema de creencia que no nos permite visualizar los cambios que están surgiendo en un sector progresista e independiente.
Debemos crear una masa crítica, que tenga la capacidad de sustituir el “hedonismo político” por una ética y una pedagogía política liberadora. Debemos re-educar y crear una generación que evalúe el caracter de los candidatos más que su carisma; porque al final de la jornada lo que trasnforma a una nación es el caracter de las personas y no el carisma, este último es efímero y traicionero.
Un pueblo que le de más importancia a la honestidad que al discurso; una nación que vote no por el que va ha ganar, debemos votar por el que pone el país a ganar. Estando en Singapur y en Japón, pude entender el fenómeno que pasó en estas dos naciones. En el caso de Singapur, en el año 1968, ellos eran una nación pobre y sin muchos recursos; sin embargo, el primer ministro de Singapur Lee kuan Gee expresó lo siguiente: “No sé mucho de política, pero cada paso que de lo daré firme y seré honesto hasta las últimas consecuencias”. También añadió: “No tenemos mucho recursos, pero tenemos hombres honestos y con carácter, y esto es suficiente para cambiar a una nación”.
La Junta Central Electoral reconoció como partido la organización que dirige el Doctor Guillermo Moreno, Alianza País (Alpaís). La pregunta que debemos de hacernos en el día de hoy es: ¿Qué haremos con Alianza País? ¿Qué haremos con el Doctor Guillermo? ¿Qué haremos con la nación? Los que conocen a Guillermo Moreno saben muy bien que es una persona con caracter, una persona que ha entregado al país una propuesta escrita, específica y contundente; Guillermo Moreno posee una trayectoría incuestionable y una ética laboral imcomparable. No debemos ver a a Guillermo Moreno con una actitud hedonista, no debemos evaluarlo por su carisma. Comencemos a cambiar la nación y la mejor forma es evaluando y estudiando seriamente esta nueva organización, que está dirigida por una persona que es propulsor del cambio, Dr. Guillermo Moreno, un nuevo paradigma político.
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